“Los millones que Occidente está volcando para salvar sus instituciones financieras no sirven de nada frente a una crisis mucho mayor: hay mil millones de personas al borde de la muerte por inanición. Esa es la crisis verdaderamente grave, y ese dinero no hace nada por ellos. Curiosamente, no lo he leído en un periódico americano, sino en uno de Bangladesh.” (Noam Chomsky, filósofo y linguista, Departamento de Filosofía y Lingüística del MIT) – fuente: Fundación Centro Cultural México
«Las impactantes caídas de los índices de las principales Bolsas mundiales se reflejan en títulos catástrofe provocando zozobra en una mayoría que nunca ha invertido una moneda en el mercado bursátil. En cambio, no reciben igual importancia cifras dramáticas de despidos masivos y tasas de desocupación record, cuando es un tema indudablemente mucho más relevante para la población que el subibaja de acciones y bonos.» (Alfredo Zaiat, Licenciado en Economía de la UBA, periodista) – fuente: Página/12
Hace rato quería hacer algún post para expresar algunas ideas que rondaban por mi cabeza. Quizás sean algo ingenuas… o peligrosas para algunas ideologías. Pero me parecen razonables para la gente, ya que pienso que «la economía debería estar al servicio de la gente y no la gente al servicio de la economía» (en contra de la mentalidad – consciente o no – de algunos grupos con algún poder económico: «la economía debería ser servida por la gente para beneficiarme a mí»).
En los primeros años de los ’90 leía Ambito Financiero con frecuencia y recuerdo que seguía con interés las notas de bonos y acciones; y pensaba que al país le iba bien. Me gustaba el sistema de AFJP impulsado por el gobierno menemista y me afilié al mismo (a las AFJP, no al partido peronista, ¡por favor!) y estaba de acuerdo con la privatización de trenes (pero mucho antes de que terminara esa década, vi que había sido un error). Estos son dos ejemplos de aquella época.
Ya antes del ’95 veía que el país iba por mal camino y que las repuestas económicas del gobierno de turno no eran suficientes. Los bonos y acciones no hacen la economía. Encima, desde el punto de vista político me enojé con Alfonsín, y mucho, cuando firmaron el «Pacto de Olivos» en el ’94. En aquél año pensé que la UCR debería desaparecer y no los voté en el ’95. Hoy sigo pensando lo mismo.
Vinieron las elecciones del ’95 y presenciamos el voto «cuota». Conozco un par de personas (hoy una de ellas ya fallecida) quienes estaban contra Menem, pero por estar endeudados y con terror a cambios en la política económica de la convertibilidad («piloto automático») votaron por la reelección. Mucha gente pensó lo mismo. Yo voté libremente. No recuerdo a quién, pero no fue a la UCR ni al Menemismo.
Voté a la Alianza a fines de los ’90 esperando un cambio, como muchos otros. Pero el rejunte de personalidades con diferentes objetivos no fue suficiente para apagar el incendio económico que Menem dejó. El incendio comenzaba a propagarse y cuando asumió la Alianza en el ’98, para apagarlo usaron nafta. Todos sabemos que pasó en el 2001.
En 10 de aquellos años mi mentalidad cambió. Por el 2002 pensaba que los bancos privados deberían desaparecer, las bolsas de todo tipo deberían cerrar para siempre y que se debería controlar fuertemente – o cerrar – toda actividad financiera y especulativa, incluyendo la compra a futuro. Por supuesto que ya estaba en contra de las AFJP (afortunadamente hoy inexistentes).
Luego fui más flexible en mi pensamiento y desde hace un tiempo – antes de toda esta crisis global que estamos sufriendo – tengo algunas ideas en mente que me dan vuelta. Son ideas principalmente sobre la economía, pero como todo tiene que ver con todo, la educación, política y sociedad también están representadas. Las expreso aquí, públicamente. Quizás algunas sean contradictorias entre sí, de sus comentarios veremos si las corrijo o las reafirmo.
1) los bancos privados deben existir pero restringidos a regiones. Nada de tener sucursales dispersas por todo el país y todos deberían ser propiedad de diferentes personas físicas argentinas, y no jurídicas. Personas físicas que ante la quiebra de un banco, se vayan a vivir a una villa miseria y no como ocurre hoy que esconden su fortuna y dejan en la miseria a sus clientes mientras ellos siguen viviendo tranquilamente.
2) los bancos privados deberían tener límite al capital que pueden recepcionar de sus clientes. Si un cliente no puede depositar en un banco, que se vaya a otro. El límite también debería fijarse a las ganancias que pueden hacer y dónde pueden invertir. Deben estar fuertemente regulados.
3) sólo los bancos estatales deberían tener presencia en todo el territorio nacional y sin límite para recepcionar depósitos.
La explicación a las medidas anteriores es sencilla: nadie debería tener poder de lobby para forzar a ningún gobierno a hacer algo. El dinero es poder y recuerden que en la democracia nosotros votamos (a favor o en contra) por un gobierno, y no tenemos ni voz ni voto en los directorios de las empresas. Estas deberían ajustarse a las reglas de juego que fija el conjunto de la sociedad.
Además, si un banco se expone y cae, hay menos riesgos de que el resto de la economía caiga tras el banco.
4) las bolsas de comercio: hacia el 2002 pensaba que deberían cerrar para siempre, pero bien controladas, son instrumentos válidos para que las empresas obtengan financiación. Quienes compren acciones y bonos deberían verse obligados a tener los mismos por el término mínimo de un año antes de poder venderlos. Esta debería ser una regla de oro.
5) las bolsas de comercio sólo debería comerciar con acciones para invertir en una empresa para desarrollar bienes muebles, bienes físicos. Nada de invertir en bancos o comprar deudas privadas20) ¿recuerdan la segunda película de Matrix? Específicamente: la larga escena en la que se lucha sobre un camión que va circulando por una autopista. ¿Recuerdan la autopista? Está amurallada de ambos lados. Hay enormes muros de cemento a todo lo largo. Ese es el siguiente paso: de los Country Club a las autopistas amuralladas para que los automovilistas no tengan que ver que hay más allá. No me digan que en otras partes del mundo no se ha llegado a eso…
No se si este post tiene el propósito de declaración de principios, pero hacia rato que me daba vuelta por la cabeza expresar algo como esto. Desnudar el alma, como se dice. Hace algún tiempo leí “Utopía” de Tomás Moro y si bien no estoy de acuerdo con todo lo que allí se expresa, algunas cosas son como para pensarlas seriamente.
Así que en estos 20 puntos expreso mi utopía. La revelo al mundo metiéndome en camisa de once varas. Usted podrá estar de acuerdo o no, y si va a dejar un comentario – a favor, en contra o «ni» – le pido que sea apropiado, decente y educado. Sino, será eliminado el comentario. Soy intolerante con los intolerantes (¡qué paradoja!) y no me gustan los fundamentalistas.
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La expresión meterse en camisa de once varas se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida.
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Sí, lo sé. Y sabes cómo me gusta complicarme…..