Hace años que salieron esos dichosos aparatitos con voz española que te guían de un punto a otro. Los vemos en los autos, en los celulares más avanzados y hasta en la sopa. Yo confieso: no me gustan. Me gusta la vieja usanza: desplegar mapas, estudiar cómo llegar de un punto a otro… la máxima concesión que he hecho al respecto es utilizar Google Maps para recorrer un camino mirando las fotos satelitales (sí, sigo pacientemente la ruta de un punto a otro). Pero ahora con esos juguetitos que parecen facilitar la vida, nadie puede perderse…. error.