Archivo mensual: enero 2012

Juanele Invita

juanlortiz invita

La noche de Folclore estuvo algo fría y ventosa. Los artistas tenían que usar broches para sostener las partituras en sus atriles. Recomendaban llevar sillones para sentarse, aunque había sillas y eran pocas («a quien madruga….»). En el escenario saludaron la presencia de la intendenta y otro funcionario municipal, pero aunque estiré el cuello, no pude distinguirlos por ningún lado.

Interesante fue también el «Paseo Racedo». Una pequeña feria en donde se encontraban artesanías, comidas, instrumentos musicales, ropa, discos de vinilio y libros viejos (entre otras cosas). Ya tengo identificados algunos libros para la próxima vez que vaya (hoy, aunque no me quedaré a escuchar rock…¿servirá llevar sillones?).

El escenario estaba al lado de un viejo galpón ferroviario. En sus tiempos, donde está actualmente el Centro Cultural Juan L. Ortiz, era el centro de encomiendas del ferrocarril. Mi viejo me contaba que muchas veces había ido allí a despachar o recibir paquetes de toda la provincia. Le pregunté «era rápido?». «En aquellos tiempos importaba que llegaran» me respondió.

La primera actuación fue del dúo Armonía. Tocaron y cantaron bien, aunque una pequeña falla técnica – rápidamente arreglada – dejó sin micrófono a la cantante. Después se transformaron en un trío invitando a un guitarrista. Estuvo animado. Posteriormente tocó ese guitarrista – un concertista excelente – que nos tiró el ánimo abajo con los temas seleccionados: muy tristes (bellos, pero tristes). La cosa se animó un poco cuando una cantante y tres guitarristas comenzaron a tocar chamames, pero luego derraparon a cantar algunas zambas bastantes lentas. En este momento, el sueño y el frío nos ahuyentaron hacia la medianoche.

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sobsesión

Ellos están ahí. Siempre. Firmes. Bajo el sol abrasador o sufriendo un frío polar. Aún bajo las peores tormentas, ellos están ahí. ¿Estoicos? Yo siempre paso junto a ellos. Dicen siempre lo mismo y los tres casi lo mismo. La mayoría de las veces los ignoro. Paso con los ojos cerrados, miro para otro lado. A veces estoy obligado a prestar atención, no puedo ignorarlos, y es entonces cuando me pongo nervioso.

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