Intente más tarde por favor

Carlos miraba por la ventana. Por tercera o cuarta vez. Resignado insiste con los mismos movimientos en su mano y mira hacia afuera esperando,… esperando. Nada. No hay caso.

La calle del barrio estaba silenciosa y desierta pero hasta él llegaba el murmullo del tráfico de la avenida cercana. Sobre la mesa, junto a él, descansaba la humeante taza de café y el diario abierto en su primera página: “Trágico accidente en ….” – siempre lo mismo, pensó Carlos – “Cristina por un pacto social” – política, murmuró Carlos.

Prueba otra vez. Los mismos rápidos movimientos con sus dedos. Una y otra vez y otra más. Pero ahora no miró por la ventana. Sus ojos descansaron nuevamente sobre el periódico luego de verificar que había sido otro intento fallido, por eso no vio a doña Pancha saliendo de su casa con la bolsa de compras vacía. Siguió leyendo titulares: “el Gobierno advierte a Telefónica” – aja, piensa Carlos, primero que mejoren las comunicaciones y que después se dediquen al negocio de la tv por internet (critica en general a las empresas telefónicas).

Levanta la vista y se da cuenta que la mañana avanzaba rápidamente. Mira su reloj pulsera y se lleva el celular a la oreja cansado de tratar de enviar mensajes: “No es posible contactar al número que está llamando. Intente más tarde por favor” escucha por décima vez. No era su primer intento – ¿y si me estuviera muriendo? – piensa.

Carlos se levanta de la silla dejando el café, ya frío, y toma las llaves del auto de la cómoda abandonando el celular en el mismo lugar.

“Peso muerto” – dice en voz alta al aparato – “Otro 20 de julio con el sistema caído”.

¡Feliz Día del Amigo!