Ayer, como todos los años, se recordó esta triste fecha: la matanza de los niños ordenada por Herodes. Más haya que se encuentre en discusión de si fue realmente cierto o no, los inadaptados de siempre pretenden hacer bromas y decir algo así como que la inocencia te valga.
Personalmente, detesto tal tradición. Me cae mal no tanto por las bromas, sino porque parece como que hay una relación entre tan funesta fecha y el hecho de hacer bromas. No se toma con seriedad una fecha que debería ser, sino para lamentar, para respetar.
¿Y porque la recuerdo yo? Porque mi vieja miraba la Televisión Española y allí, poco serios, hacían bromas con noticias falsas (ella también se cansó de eso y cambió de canal). Y hoy, leyendo los diarios, me entero que algunos de este lado del charco también anduvieron en las andadas.