Camino bastante, creo. De vez en cuando recorro varios kilómetros de la ciudad de Santa Fe, o de Paraná, y mientras camino mi pies se ponen en modalidad automática y muchas veces mi cerebro comienza a volar, pensando o reproduciendo música (creo que nunca necesitaré un reproductor de MP3)
A veces pienso en textos a escribir aquí (en esos momentos extraño una grabadora, aunque no sé que pensaría la gente si me ve hablando solo), de email (como uno recientemente donde abogaba a la unión) y otras cosas. No se sorprendan si paso por su lado y no los saludo. Pero a veces tanta “distracción” puede resultar peligrosa.
Recuerdo haber leído recientemente una noticia sobre que New York prohibiría el uso de reproductores de MP3 y celulares en la calle, me pregunto como hará para evitar el uso de la mente. Ya bastante difícil será prohibir lo tecnológico, ni pensar en meterse con lo biológico.
¿Y los que conducen? Tampoco deberían ir escuchando la radio o reproduciendo una canción. ¡No se le ocurra hablar con el chofer! (lo que representaría un alivio para el chofer, muchas veces asesorado por su esposa o suegra en la tarea de conducir). La reglamentación existe para choferes de colectivos, pero que se aplique….. hmmm….
¿Y los carteles publicitarios? Sí, seguro. Son motivo de distracción. ¡Fuera de nuestra vista ya!
Pero estoy divagando. Volviendo a mis caminatas, no en pocas ocasiones he retrocedido a último momento hacia el cordón de la vereda.
Sí, no puedo concluir otra cosa, caminar puede resultar peligroso. Mejor sería no caminar :-).
O mejor sería ser un poco menos distraído, tratar de prestar mas atención a lo que está pasando alrededor, y no siempre estar metido en el interior con nuestros pensamientos. Yo soy igual. Asquerosamente distraído.
Volviendo a eso de que quizá sería bueno cambiar y estar más atento, quizá no se pueda hacer. Quizá uno ya es así y no puede cambiarlo. No se…