Historias alrededor de un carnet de conducir

Hace un par de años me sorprendí de la rapidez con que la Municipalidad de Paraná me entregó el carnet de conductor: 30 minutos. Hoy me tocó nuevamente visarlo y el tiempo fue más o menos el mismo. Se ve que tienen aceitado el mecanismo y que además no se ha degradado con los años….

Creo que fue alrededor del 2006 cuando  la Municipalidad de Paraná decidió colocar como fechas de vencimiento de la visación y de renovación del carnet el día mismo en que el conductor cumple años (lindo regalito de cumpleaños… tener que pagar el trámite). No entiendo esto de visación y renovación. ¿Qué significa visar? ¿“Vení, que quiero verte la cara y te cobro por eso”? Porque en ese sentido es todo lo que hacen. La renovación involucra examinar la vista y no recuerdo ahora que otra cosa más, además de ser más costoso el trámite. El año que viene me toca, sí, la renovación y ya les contaré acerca de eso… en el 2010.

Sucedió algo que pasa, más o menos, una vez al año: cumplí otro aniversario de mi natalicio este fin de semana. Muy temprano fui hoy lunes para realizar el trámite, esperando que los que cumplieron años el sábado, domingo, a los que les tocaba hoy, lunes, estarían allí haciendo cola. Para mi sorpresa el local estaba prácticamente vacío a las 7:30. Saqué número y ni siquiera me senté porque una chica me hizo señas desde el mostrador para que me acercara y me atendieron allí mismo. 30 minutos, como hace dos años.

Cambiando un poco el tema, un pariente muy cercano a mí, muy cercano, aprendió a manejar este año. Su esposo también. A raíz de este incidente, y mientras esperaba que me entregaran mi carnet, me vino a la memoria una comedia que vi hace muchos años: License to Drive (creo que en Argentina se llamó Sin licencia para manejar o algo así). Había dos hermanos en la película, hombre y mujer. Cuando estaban haciendo el examen práctico de conducir, saliendo a manejar por la calles, a la chica le tocó un instructor extremadamente amable, comprensivo. La llevaba por las calles menos congestionadas, la hacía estacionar entre autos que estaban a 15 metros de distancia entre uno y otro. El examen no era para nada stresante, música clásica de fondo y todo re-tranquilo.

En cambio al pibe le tocó otro instructor que era exageradamente exigente. Lo primero que hizo al subir al auto fue colocar un vaso gigante lleno de café caliente sobre el tablero del lado del pasajero y le dijo amenazadoramente algo así “si derramas una gota, estás fuera”. Este instructor llevó al muchacho por las peores calles. Le indicaba cambios repentinos de rumbo, le hizo estacionar en un lugar que apenas si había espacio para hacerlo, el tránsito iba a paso de tortuga… todo lo contrario a cómo le fue a su hermana, y la música de fondo era un rap, si mal no recuerdo. Todo nervios.

Volviendo al presente. A mi pariente le hicieron recorrer todo el circuito en la costanera y el Parque Urquiza. Subidas, bajadas, estacionamiento; el examen le llevó un buen tiempo. Cuando con el instructor retornaron a la salida, le toca el turno al esposo para hacer el mismo examen. Pero como al instructor se le había ido la hora (tenía otras diligencias por hacer) al esposo le dio el examen por aprobado. Resultado: ambos tienen carnet.

Y ahora pasemos a criticar levemente lo que vemos en las calles: algunos conducen con los celulares al oído, para otros los semáforos no son más que lindos arbolitos de navidad con tres luces, para la mayoría no existen las luces indicadoras de maniobras (hay que adivinar si alguien va a doblar o no), los cascos para las motos son grotescas pulseras en la muñeca…. y la lista sigue.

¿Lo dejamos ahí?

1 comentario

Archivado bajo General, Opinión

Una respuesta a Historias alrededor de un carnet de conducir

  1. Yo vi esa peli! Está muy buena 😀

Responder a Juanjo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *